La ortiga es una de las plantas silvestres conocida como “malas hierbas” que pertenece a la familia Urticaceae, género Urtica. Se caracteriza por tener pelillos que liberan una sustancia urticante, que produce picor e inflamación de la piel. Antiguamente se la conocía también como "la hierba de los ciegos", pues hasta éstos la reconocen con solo rozarla. Pero esta “mala hierba” no tan mala, posee estupendas propiedades de las que nos hemos ido beneficiado a lo largo de la historia, desde su uso como alimento, hasta sus propiedades medicinales pasando por su utilidad textil, entre otras.
Beneficios purín de ortigas
La ortiga, por ser común y abundante, es una de esas plantas que todo amante de la naturaleza debería conocer. El preparado llamado “purín de ortigas”, es un caldo muy utilizado en los huertos urbanos, por ser totalmente ecológico, que proporciona abono y sirve como insecticida, ya que repele a los insectos. Los pulgones odian el olor del purín y también le afecta al grillo cebollero, pudiendo verter el caldo en las galerías de este insecto. La ortiga es rica en minerales y microelementos, tales como hierro, fósforo, magnesio, calcio y silicio. Es un excelente abono foliar. Posee estimuladores del crecimiento y aceleradores o activadores de la descomposición del compost.
Como preparar purín de ortigas
Para la preparación del purín, se debe de recolectar la ortiga cuando la planta haya desarrollado toda la mata de hojas y esté en floración. La receta para preparar el purín de ortigas es la siguiente:
· 20 gr de ortigas secas o 100 gr de ortigas frescas
· 1 Litro de agua sin cloro (de agua de lluvia o agua de grifo que habremos dejado reposar un par de días al sol)
Paso 1:
Después de cortar las ortigas, se dejan secar unos 10 días hasta que los tallos estén secos, este tiempo varía según las condiciones climáticas. Conviene realizar el secado en una habitación fresca pero bien ventilada.
Paso 2: Colocamos las ramas ya secas en el agua. Tomamos 20 gr de plantas por litro de agua y las sumergimos en un cubo o bidón plástico, que colocamos en un sitio aireado y a la sombra. Asegurarnos de que las hojas estén bien sumergidas para ello podemos colocar algo de peso sobre las mismas. Remover varias veces al día durante los 10 primeros días , conviene taparlo o cubrirlo con una tela para que no caiga ningún insecto o basura. Notaremos un fuerte olor característico a medida que el líquido va fermentando.
Paso 3:
Podremos comprobar que está listo cuando ya no se produzcan burbujas y se haya formado una película por encima del agua (más o menos a los 20 días).
Entonces se debe filtrar muy bien para detener el proceso de fermentación y para que no atasque el pulverizador. Podemos por último, guardarlo en botellas o garrafas bien cerradas.
No es necesario utilizar ortigas secas, podemos utilizarlas frescas sin ningún problema, aunque es recomendable secarlas para poder disponer de ellas durante todo el año y no estar continuamente recolectando, además de que el periodo de floración de la ortiga no es durante todo el año.
Utilización del purín de ortigas:
En cuanto a su aplicación, se puede utilizar como insecticida principalmente contra el pulgón, en un proporción de 1/10, ósea una parte de purín, por diez de agua.
También puede ser utilizado como abono foliar para hortalizas y árboles frutales, que a la vez es muy interesante ya que combate enfermedades criptogámicas, tales como oídio, mildiu, ácaros y para corregir la clorosis férrica. Por último, también puede servir como fertilizante para el agua del riego en una proporción de medio litro de purín por cada 10 litros de agua en plantas de exterior, en interior disminuir la dosis a la mitad.
Difunde los beneficios del purín de ortigas.