Compost casero
El compostaje es un buen método para reducir nuestros desechos orgánicos, además de proporcionarnos un sustrato rico en nutrientes que podremos aportar a nuestro huerto urbano.

Es un proceso natural que consiste en trasformar la materia orgánica que desechamos (usualmente restos de comida, poda, etc) en un producto natural “compost” que además de aportar nutrientes al terreno de nuestros huertos mejora su estructura, drenaje y retención de agua.

El proceso es relativamente sencillo, únicamente se introducen los desechos y restos orgánicos en el compostador y se riega frecuentemente. Nuestro compost se irá formando gradualmente. Lo más importante es vigilar que la temperatura se encuentre entre los 50-60ºC en los primeros días y que la mezcla se encuentre húmeda pero no mojada, ya que el exceso de agua provoca putrefacción. Otro aspecto importante a tener en cuenta es que se debe airear la mezcla, ya que al ser un proceso aeróbico el oxígeno favorece el compostaje.

El tiempo que tarda en formarse un buen compost es variable puesto que depende de muchos factores como son los residuos utilizados, la temperatura, humedad, aireación,... pero normalmente en 3-5 meses estará listo. Para saber si nuestro compost está maduro este debe tener un color marrón oscuro casi negro, una textura floja y suelta y no presentar ningún olor desagradable, es más, debe oler a tierra mojada u hojarasca.

Los compostadores pueden ser de muchos tipos, desde los más sencillos que consisten en un simple hoyo en el terreno, a los compostadores comerciales de varias etapas.

Uno de los que suelen aportar mejores resultados son los vermicompostadores. Éstos se valen de la lombriz de tierra para transformar grandes cantidades de materia orgánica en humus en poco tiempo. Además reducen los malos olores asociados a la putrefacción o la descomposición anaeróbica. Cualquier lombriz puede realizar dicha función pero la lombriz roja americana es realmente eficaz siendo capaz de digerir grandes cantidades de materia orgánica en un tiempo record.

Pero, ¿Que restos puedo utilizar?

Para crear nuestro compost se puede utilizar cualquier residuo como son hojas, restos de poda, césped, desechos de frutas y verduras, cáscaras de huevo, cenizas, etc. No es conveniente el uso de aceites, pinturas, barnices o maderas tratados con ellas, excrementos humanos o de animales domésticos, productos lácteos, hojas de pino o eucalipto, pescado o carne (al principio). Es conveniente que nuestra mezcla sea lo más variada posible para crear un compost de alta calidad con múltiples nutrientes. También es muy importante que los restos orgánicos tengan un tamaño pequeño para facilitar el proceso de compostaje y reducir los tiempos.

Pasos para hacer compost casero:

En primer lugar necesitamos un compostador; podemos hacerlo nosotros mismos o recurrir a uno comercial.

Para hacer un compostador casero necesitamos un recipiente grande, cuanto más grande más nos facilitará los procesos de compostaje. Uno que funciona muy bien es un cubo de basura comunitario al que le practicaremos numerosos agujeros pequeños con un taladro. También podemos fabricarnos uno de mayor tamaño, reutilizando viejos palets. Éste es perfecto para huertos urbanos.

Una vez que tenemos nuestro compostador debemos buscarle una ubicación adecuada. Éste debe estar protegido del sol directo y de la lluvia. También es recomendable colocarlo directamente sobre el terreno o poner debajo del compostador casero una bandeja para recoger los lixiviados y de este modo no manchar el suelo.

Ya por último solo faltaría incorporar los restos orgánicos. En una primera tanda es conveniente que dispongamos de una buena cantidad de materia orgánica. Una buena época para empezar es al final de la cosecha de verano donde dispondremos de abundantes restos vegetales en nuestro huerto (tomates, pimientos, calabacines, etc.) Lo incorporaremos en pequeños trozos y lo mezclaremos con hojarasca o restos de poda de césped. Cuanto más lo mezclemos mejor. También convendría echarle pozos de café o de té y algo de estiércol.

Una vez lleno solo faltaría esperar, teniendo la precaución de mantener la humedad y de remover la mezcla cada mes o más recomendable cada 15 días, para evitar pudriciones y malos olores. En los primeros días es frecuente que la mezcla alcance cierta temperatura, entre 40 y 60º, posteriormente se irá reduciendo gradualmente la temperatura hasta igualarse a la temperatura ambiente. Una vez estabilizada la temperatura es cuando los microorganismos empiezan a ser más activos y empiezan a descomponer la materia orgánica. Pasados 3-6 meses ya tenemos listo nuestro fantástico compost para utilizar en nuestro huerto urbano.

¿Te atreves a hacer tu propio compost casero?

Fotografía: Compost twins, dsa66503.