Ante la dificultad de conseguir alimentos ecológicos o por pura afición, muchas personas optan por cultivar ellos mismos las principales frutas y verduras que consumen. El problema viene cuando nuestro huerto urbano es infectado por alguna plaga o enfermedad y corremos a utilizar lo primero que tenemos a mano.

Insecticidas naturales

Pero ¿te has parado a leer detenidamente la etiqueta del plaguicida o herbicida que utilizas normalmente? Si, ese que te recomendó tu vecino y que es “tan bueno”…

En la etiqueta verás que junto a algún pictograma de una calavera o una X aparecen unas letras “R” (que indican riesgos) o “S” (que indican recomendaciones de seguridad) acompañadas de alguna de las siguientes palabras: irritante, nocivo, tóxico, muy tóxico o incluso cancerígeno.

El criterio de toxicidad de estos productos se basa en el grado de toxicidad de cada uno de ellos, y suele utilizarse para ello el valor de DL50 (dosis letal) por vía oral o dérmica para la rata y en CL50 (concentración letal) por vía respiratoria también para la rata. Por ejemplo, la DL50 expresa la concentración de tóxico, sólido o líquido necesaria para eliminar el 50% de la muestra de animales de laboratorio (rata blanca), y se mide en miligramos por kilogramo de peso del individuo. Todo esto suena bastante mal.

¿De verdad quieres que tu familia consuma productos expuestos a productos químicos?

Por eso hoy te vamos a enseñar algunos insecticidas naturales para tu huerto urbano e incluso para las plantas de tu hogar.

1. Hongos, ácaros y pulgones: Todos tenemos ajo en casa. En un litro de agua cocemos 10 gramos de ajo. Cuando esté frío lo colamos y rociamos las plantas y el sustrato tres veces durante tres días.

2. Caracoles y babosas: Dejamos secar varias cáscaras de huevo y las trituramos en trocitos pequeños. Se colocan alrededor de la planta afectada y cuando pasan los caracoles y las babosas se les pegan y mueren. También las cenizas espolvoreadas alrededor de la planta impiden el paso de los caracoles. Otra forma de atrapar babosas es colocando botes de boca ancha a ras de suelo que habremos llenado con un poco de cerveza, las babosas se sentirán atraídas por el olor de la cerveza, caerán y se ahogaran.

3. Pulgón, trips y otros insectos de cutícula blanda: Obtendremos un potente insecticida natural macerando tres cigarrillos rubios sin el filtro en un litro de agua. Pasados unos días filtraremos el líquido resultante y pulverizamos directamente sobre las plantas. Inconveniente: el fuerte olor a tabaco que deja durante varios días y que no es un insecticida selectivo, este acaba también con la fauna auxiliar.

4. Cochinillas: Herviremos en un litro de agua una cucharada sopera de orégano. Una vez frío lo colaremos y pulverizaremos las plantas con él.

5. Araña roja (Tetranychus urticae): Tenemos que preparar alcohol de ajo, es muy fácil: 4 o 5 dientes de ajo, medio litro de alcohol fino y medio litro de agua. Lo colocamos en la licuadora 3 minutos y luego lo colamos.

6. Mosca blanca (Aleyrodidae): Uno de los productos más eficaces en la lucha contra la mosca blanca es el jabón potásico. El jabón potásico lo podemos encontrar en cualquier tienda especializada, incluso en Mercadona, pero lo más importante es que es un producto inocuo para la salud.

7. Tizón, mildiú, oídio: El mildiu suele aparecer como manchas marrones o polvo parecido a la ceniza y de aspecto graso en el haz de las hojas. El tizón produce pequeños círculos de color negro o marrón. Es difícil diferenciarlos si no se tiene experiencia pero el tratamiento es el mismo para los tres. En cuatro litros de agua mezclaremos dos cucharadas y media de aceite, una de bicarbonato y media cucharadita de jabón natural rallado. Cada cinco días aplicaremos, hasta que desaparezcan los síntomas.

8. Oidio: Si en el haz de las hojas aparecen unas manchas blancas pulverulentas que parecen harina, posiblemente estén infectadas del hongo oidio. Podemos utilizar azufre micronizado, no el azufre normal que tenemos en casa. Por cada litro de agua añadiremos 8 gramos. Este tipo de azufre lo podremos adquirir en cualquier tienda especializada ya que su utilización es muy común en agricultura ecológica.

9. Mezcla de cultivos: Hay plantas que son repelentes naturales de algunas plagas. Por ejemplo: la cebolla, el ajo o el puerro tienen efecto repelente sobre algunas especies de pulgón, el orégano sobre hormigas y moscas, el tomillo sobre la oruga de la col y albahaca sobre moscas y pulgones. Salvia: efecto repelente sobre moscas, mariposa blanca de la col, babosas o polilla del repollo.

Las plagas son más fáciles de diagnosticar que las enfermedades pues la mayoría de las veces, buscando entre las hojas o alrededor de las raíces, podemos encontrar a los enemigos de nuestro cultivo. Además, debemos valorar que si tenemos una planta enferma y el resto están sanas, lo mejor es eliminarla para no perder el resto de la cosecha.

En definitiva, es cierto que cada vez nos preocupamos más por la ecología y el cuidado del medio ambiente, pero nos olvidamos que la verdadera ecología empieza en uno mismo.