¿CADA CUÁNTO HAY QUE REGAR?
Por más años que pasan, una de las preguntas que más me hace la gente es “Cada cuánto riego ésta planta” y es que saber cada cuando hay que regar no parece fácil cuando una/uno se inicia en el mundo de la jardinería. Es un tema que nos da muchos quebraderos de cabeza porque acaba siendo una de las principales causas de la muerte de nuestras plantas, sino la principal. Lo más curioso es que, al contrario de lo que la mayoría de gente piensa, la mayoría de veces no es por falta de agua sino por exceso.
Cuál es la respuesta a la pregunta entonces? Pues como todo en la vida es… depende. Y de qué depende? Pues de varios factores que veremos a continuación. No obstante, ya avanzo que, en realidad es mucho más sencillo de lo que parece, así que no te desanimes!
Factores que influyen en la frecuencia del riego de las plantas
Hay varios factores que hacen que tengamos que regar más a menudo o menos nuestras plantas. Aunque puede haber más, los principales son:
-Tipo y especie de planta: es un factor básico pues cada especie de planta es un mundo y tradicionalmente nos hemos malacostumbrado a regar sobre mojado (“ante la duda riego más por si acaso, no sea que se me vaya a morir” te suena?) sin tener en cuenta que todas la plantas no son iguales. En un centro de jardinería o floristería nos podemos informar de los cuidados principales de esa planta en concreto pero nos ayudara mucho tener unas nociones básicas de las clases típicas de plantas que hay, ya que según si pertenecen a grupos de plantas amantes de la humedad (como los helechos o las azaleas) o si por el contrario están incluidas en familias que necesitan poca agua (como las plantas crasas o cactus) o intermedias, tendremos medio camino hecho.
-Luz /orientación. A más sol más riegos y viceversa. Cara norte las plantas aguantan más la humedad, cara sur menos.
-Aire. Lugares con más corrientes de aire harán que la planta evapotranspire más y por tanto necesite más riego.
-Época del año. En verano hay que regar más a menudo que en invierno como es lógico..
-Dónde se ha criado anteriormente ese individuo en concreto. No es lo mismo una planta que proviene directamente del vivero de producción, que la de según qué tienda y su filosofía de cuidados (las hay que las miman demasiado y las hay que las tienen desde el principio en condiciones similares a las que las tendremos nosotros en nuestro balcón, patio o jardín, con lo que serán más robustas), que la que nos ha regalado un amigo que tenía en su patio y que está muy bien aclimatada a la intemperie y por tanto que aguantará más los cambios de tiempo extremos.
¿Cuándo regar las plantas? ¿día o noche?
Ésta es otra de las preguntas del millón y a la que también hay que responder “depende”.
Se suele oír “mejor regar por la noche porque así aguanta más la humedad y no le da el sol”. Esta afirmación tiene su parte de verdad, sin embargo, hay que hacer algunos matices. Respecto a la conservación de la humedad, es cierto lo de que aguanta más la humedad, pero lo de si eso es mejor o no depende de la época del año, del clima y de la planta. En referencia a si es mejor o no que le dé el sol cuando se riega, el matiz viene marcado por la hora del día y la época del año. En invierno y en lugares dónde el sol no “quema” realmente no influye de manera sustancial el que se riegue de día ya que el sol es demasiado tenue como para quemar nuestras plantas. En cambio, en verano y en sitios calurosos las plantas se ven beneficiadas del riego nocturno porque se deshidratan menos e incluso en días extremadamente calurosos si vemos que se han secado demasiado y que las plantas están lacias se puede hacer un riego por la mañana (a primeras horas) y otro por la noche. En cambio, en invierno y en sitios húmedos, por lo general es mejor regar de día para que las plantas tengan tiempo de secarse y evitar podredumbres.
La regla de oro para regar mis plantas
A pesar de todo lo mencionado anteriormente, y de forma general, me gustaría recalcar que ante la duda, siempre es mejor pecar de poco que de mucho. Es mucho más difícil solucionar un problema de exceso de humedad que de falta de agua. Al contrario de lo que piensan la mayoría de personas, un exceso de agua puede matar a nuestras plantas ya que se pueden pudrir por hongos y cuando eso pasa es muy difícil de revertir el problema, a no ser que nos demos cuenta en el inicio y que no haya afectado a la base del tallo y la mayoría del sistema radicular. En cambio una falta de agua es más fácil de corregir porque, generalmente, si le aportamos la suficiente agua la planta se rehidrata sin problemas. Si una planta está como desmayada, lacia y con las hojas “deshinchadas”, al regarla veremos que en pocas horas recupera su turgencia. Sin embargo, no debemos dejar que las plantas lleguen al llamado “punto de marchitez permanente” en el cuál una planta por más que se la riegue ya no es capaz de absorber el agua. Esto pasa cuando le ha faltado agua de forma constante durante demasiado tiempo, pero llegar a este punto es mucho más difícil (excepto en verano o que de verdad, no reguemos nunca) que llegar a pudrirla. Por tanto, el “la riego de más por si acaso” debería suprimirse de nuestra cabeza.
Porque no suele ser bueno dejar un plato siempre con agua
Porque si las plantas siempre tienen agua acumulada en el plato o cubremacetas no dejamos que la planta pase cierta sed. Es como si a nosotros nos estuvieran dando de comer sin respiro, acabaríamos empachados e incluso enfermaríamos. A las plantas les sucede lo mismo. Necesitan recuperarse entre riego y riego por así decirlo y comer sólo cuando tienen hambre. Incluso las plantas que necesitan más humedad, como las azaleas o los helechos, necesitan su respiro. La diferencia es que, en este caso, ese respiro es más corto que en el caso de un cactus, por ejemplo.
Podrías preguntarte… ¿pero si le dejo un plato con agua siempre, no coge lo que quiere cuando quiere por capilaridad? ¿Por que hay riesgo de pudrirla entonces? Si no quiere más no la absorbe y sin problemas, no? Pues no exactamente. Es cierto que si la planta está seca y le ponemos un plato con agua absorberá por capilaridad la que necesite. Ahora bien, puede pasar que la absorba toda, lo cual es fantástico (y hasta puede ser que “nos pida” más!) o que sobre en el plato días y más días. Si permanece ahí de forma constante quiere decir que la planta no puede absorber más y se crea un foco de infección. Cuando eso sucede en extremo, incluso, podemos ver los típicos mosquitos pequeños que revolotean alrededor de la tierra, que ésta se vuelve de color óxido en la capa superficial, tener malos olores y por último llegan las ya citadas podredumbres. Cuando vemos esos mosquitos (aunque no deberíamos esperar a tal punto) si reducimos los riegos y dejamos que el sustrato se seque por completo antes de volver a regar, puede ser que la planta se recupere por si sola sin necesidad de hacer nada. Si no es así podemos probar con un fungicida para las raíces y si nada de esto funciona, no hay nada más que hacer.
Pero ¿Hay excepciones de plantas que necesiten agua constante? Naturalmente, las plantas acuáticas necesitan agua permanentemente.
Truco para saber cuándo debo volver a regar mi planta
Con este apartado realmente se responde a la pregunta del título del presente artículo ya que, sencillamente, para saber cuándo se debe volver a regar una planta, sea la que sea, se trata de hundir el dedo o la mano en el sustrato. Si ves que éste está mojado no riegues tu planta, si está seco, toca regar otra vez.
Si! Es así de sencillo! No se trata de regar 1 vez por semana o 2 o cada “X” días, porque, cómo hemos visto, cada planta y lugar es un mundo y si establecemos la misma regla para todas y todos los sitios nos estaremos equivocando, o la regaremos demasiado o demasiado poco.
¿Por que hundir el dedo o la mano? Porque una planta puede parecer seca en superficie pero estar mojada en sus capas inferiores y si regamos sobre mojado ya hemos visto lo que sucede.
Si te parece un poco pesado ir comprobando la humedad constantemente, no te preocupes, ya que, por lo general, solo será al principio porque una vez hayas constatado cada cuántos días aproximadamente se secan tus plantas en tu casa y según la época del año, ya no irás tan perdido/a y habrás “pillado el punto” a tus plantas antes de lo que parece.
Solo debes tener la precaución de ir mirando de forma extra el sustrato en los cambios de temporada y en los años extremadamente calurosos para ajustar los riegos a las condiciones ambientales.
Trucos para rehidratar el sustrato cuando está demasiado seco
Si has dejado secar demasiado el sustrato es posible que el cepellón se haya quedado como acartonado y que por más que riegues el agua sale rápidamente sin quedar retenida en los poros. Es decir, si tocas el sustrato sigue seco y duro a pesar de haber regado la planta.
¿Que puedes hacer? Yo recomiendo dos opciones según si están plantadas en maceta o suelo, tus preferencias (si puedes escoger) y el resultado de ellas en las plantas:
- Regar varias veces la planta en el mismo momento, con breves pausas, (lo que los jardineros llamamos “hacer varias pasadas”) a la vez que se va apretando y soltando con la mano el cepellón como si estuviésemos mojando la esponja de la ducha. Esta opción es válida tanto para plantas en maceta como para plantas que están plantadas en el suelo.
Me explico. Si alguna vez has usado una esponja de la ducha, después de varios días sin usarla, te habrás dado cuenta que está tan seca que si la mojas no es capaz de absorber el agua y que necesitas apretarla y soltarla varias veces mientras la mojas, verdad? Pues lo mismo pasa con el sustrato cuando se deja demasiado tiempo sin regar.
-Sumergirla en un cubo con agua por un rato. Esto solo vale para plantas en maceta y que esta sea de un tamaño sumergible en nuestro cubo, ya que no vamos a desplantar la planta. El truco para saber cuánto rato la tenemos que dejar sumergida y cuando la debemos sacar es observar cuando deja de burbujear el agua. Eso quiere decir que todos los poros se han llenado de agua. (Las kokedamas se riegan de la misma forma. Se sumergen y en cuanto dejen de salir burbujitas se sacan y se vuelven a colocar en su platillo).
Verás que al sumergir el cepellón, salen las burbujas del agua. Eso es la señal de que se están llenando los poros de agua. Cuando dejan de salir burbujas, los poros están llenos y se puede sacar. Observarás al sacarla que en efecto, la maceta, pesa más y la tierra se ha oscurecido. Eso también es un indicador rápido de que la tierra está bien mojada y ya no quiere más agua (nivel avanzado, para más adelante cuando estemos acostumbrados al riego pero muy útil). Mis recuerdos a mi ex-jefa y mentora, Carmen, que siempre sabía si había regado bien una planta o había pasado de largo con solo ver el color de la tierra y/o sopesar un momentito la maceta. Al empezar en este oficio a mí eso me parecía una nimiedad y ahora…cuán útil me es este detalle. Gracias Carmen!
Así que lo mejor es que cada vez que reguemos nos aseguremos que la tierra ha quedado bien mojada (también introduciendo el dedo o la mano en la tierra) para evitarnos posteriores “masajes” o “inmersiones” y, sobretodo, la deshidratación de la planta.
Si tienes dudas de como regar tus tillandsias (plantas que viven sin tierra) puedes consultar como regarlas aquí.
Conclusión
En conclusión, es mejor regar pocas veces las plantas pero que esas veces sean de calidad, asegurándonos que el sustrato ha quedado bien mojado, y sobretodo … no regar sobre mojado y dejar secar siempre el sustrato entre riego y riego.
Espero que éstos consejos os hayan servido.