
Plantas en Acción: Carnívoras.
Cualquiera que haya visitado un invernadero no habrá dejado de reparar en unas plantas de tamaño variable, adornadas con una boca dentada y de llamativos colores: es la Venus atrapamoscas o Dionaea muscipula, la más conocida de las plantas carnívoras. Pero ¿qué es una planta carnívora? Una planta carnívora es básicamente un tipo de vegetal que se ha adaptado a un medio ambiente pobre en recursos y que obtiene parte o la mayoría de sus necesidades nutricionales mediante la captura de insectos y artrópodos. Las plantas carnívoras han evolucionado en selvas húmedas tropicales donde el espeso dosel arbóreo impide la llegada de la luz al suelo o en terrenos pantanosos, suelos ácidos, turberas,... suelos todos muy pobres en nitrógeno disponible para las raíces, de ahí que hayan desarrollado métodos para atrapar animales y completar así sus necesidades nutritivas. Nos encontramos unas 600 especies de plantas carnívoras en todo el mundo distribuidas en 14 géneros botánicos. El gran Charles Darwin describió por primera vez estas plantas en su Tratado “Plantas carnívoras” en 1875. Independientemente de las diferencias existentes entre ellas, todas emplean alguna de estas técnicas de caza:
· Pinzas: Es el mecanismo de la Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula) y de la Aldrovanda vesiculosa. El insecto es atraído por un néctar y al posarse sobre la hoja roza los cilios detectores que activan el mecanismo de cierre de la hoja.
· Pelos pegajosos: Es el mecanismo usado por Drosera, Byblis, Drosophyllum y Pinguicula, entre otras. Las hojas poseen unos pelos pegajosos que inmovilizan al insecto. Posteriormente los tentáculos se curvan hacia adentro encerrando al insecto y comenzando la digestión.
· Trampas de caída: Utilizadas por los géneros Nepenthes, Heliamphora, Sarracenia, Cephalotus, Darlingtonia y Brocchinia reducta. Son trampas en forma de jarrón donde los insectos pueden entrar pero no son capaces de salir, ahogándose en el líquido acuoso del interior.
· Trampas mecánicas: Este mecanismo es exclusivo del género Utricularia, planta acuática cuyas trampas son consideradas entre las estructuras más complejas del reino vegetal. En cada tallo hay unos gobos diminutos en forma de vejiga que expulsan el agua fuera hasta quedar plegados. Si algún insecto roza alguno de los pelos sensitivos, las paredes de la vejiga se dilatan succionando a la presa junto con el agua que le rodea.
· Trampas de langosta-olla: Son el mecanismo del género Genlisea especializada en protozoos a los que atraen de forma química. La hoja, en forma de Y, dispone de pelos en su interior que apuntan hacia dentro. Estos pelos hacen que la presa solo pueda avanzar hacia el interior, hacia un estómago en el brazo inferior de la Y donde será digerida.
· Combinación de trampas: Un mecanismo particular de la Drosera glanduligera, en la que combina características de las trampas de pinza y de sus trampas de pelos pegajosos.
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Para mantenerla fuerte y sana deberás tener en cuenta las siguientes consideraciones: Las necesidades de luz solar, humedad y mezclas de sustrato (normalmente musgo sphagnum, que es el musgo que se utiliza para las kokedamas) son distintas en función de la especie. El riego debe ser con agua de lluvia acidificada a pH 6,5. Se deben mantener en lugares con bastante humedad. Para mantener las condiciones de humedad en verano podemos colocar las macetas sobre un plato con agua. Normalmente las plantas que estén al exterior, se auto-abastecen perfectamente y muy rara vez necesitan suplementar su dieta de forma manual. Es muy importante no alimentar con trozos de carne, solo se alimentan de insectos, lo único que conseguirás es que se pudra la carne y matar a la planta. También pueden sobrevivir sin alimentarse, aunque su crecimiento se ralentizará notablemente. Y por último, las plantas carnívoras necesitan gran cantidad de luz, pero debe ser sol de mañana, luz filtrada o indirecta. Una exposición directa al medio día o al atardecer las podría quemar.